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Lic. Margarita Castillo

¿Tienes una mentalidad de crecimiento o una mentalidad fija?

Actualizado: 18 oct 2021

Todos percibimos nuestras capacidades y nos enfrentamos a los retos a partir de una mentalidad fija o una mentalidad de crecimiento, de acuerdo con la Dra. Carol Dweck. Tener una mentalidad fija significa evitar desafíos, rendirse fácilmente, sentirse amenazados por el éxito de los demás y suponer que las capacidades son inmodificables. Por el contrario, vivir con una mentalidad de crecimiento es considerar que los conocimientos y habilidades pueden incrementarse mediante el trabajo arduo, el estudio o la práctica y, por lo tanto, la capacidad puede mejorar. Es aprender con humildad a través de críticas constructivas y encontrar inspiración en el éxito de quienes los rodean.


Tenemos la libertad de elegir el tipo de mentalidad que queremos poseer y dirigir nuestros pensamientos y nuestras acciones con base en esa mentalidad. Sin embargo, no es un cambio de la noche a la mañana. Al igual que todos los hábitos, se trata de implementar mejoras de poco a poco y llevar a cabo acciones conscientes. Por eso, te comparto seis recomendaciones muy prácticas que puedes comenzar a implementar para cambiar de una mentalidad fija a una mentalidad de crecimiento.

1. Estate atento a cada vez que pasen por tu mente pensamientos que te orillan a tener una mentalidad fija, y cambia la perspectiva en el momento. Puedes modificar: "No lo logré; no soy bueno en esto", por: "No lo he logrado aún pero seguiré esforzándome". En vez de: "Voy a hacer el ridículo", intenta: "Lo haré sin importar si me juzgan". O cuando pienses: "Cometí un error, qué vergüenza", modifícalo por: "Voy a aprender de mi error".


2. Celebra el esfuerzo y valora el arduo trabajo en el proceso hacia la meta. Lograr nuestras metas, especialmente las que nos cuestan mayor trabajo, requieren que vayamos realizando pequeños avances. Felicítate a ti mismo y a los demás, pero evita decir calificativos como cuando expresamos: "Sacaste un 10; eres muy inteligente", y utiliza frases como: "Sacaste un 10; dedicaste tiempo a estudiar y fuiste perseverante en el semestre".



3. Rétate constantemente para salir de tu zona de confort: Cuando tengas que decidir entre algo seguro y algo que te desafíe, elige el reto. Constantemente busca nuevas experiencias que te permitan probarte a ti mismo que eres más valiente y más inteligente de lo que crees.


4. Transforma el significado que le das a la dificultad. Cuando te topes con un obstáculo pregúntate: "¿Qué puedo aprender de esto?". "¿Qué puedo hacer ahora con esta situación que me pasó?". "¿Cómo me puede ayudar a ser mejor?".



5. Si notas que te incomoda el éxito de los demás, cambia la perspectiva y míralos como una fuente de inspiración. Todos avanzamos a nuestro propio ritmo y todos contamos con habilidades y cualidades diferentes que nos complementan unos a otros. Festeja los logros de los demás y pregúntate qué puedes aprender de ellos para incorporarlo en tu camino al éxito.


6. Busca oportunidades para ayudar a los demás a mejorar. Crea una cultura de servicio, de aprender constantemente unos de otros y de compartir información con los demás. Interésate genuinamente por lo que la otra persona te está contando, haz preguntas y brinda ánimo.


Si después de leer esto te has dado cuenta de que una mentalidad fija es con la que te identificas más, no significa que seas una mala persona y tampoco es motivo para avergonzarte. Todos en muchas ocasiones pensamos y actuamos con una mentalidad fija, la cual, con ayuda de estas sencillas modificaciones en nuestra perspectiva, podemos cambiar a una mentalidad de crecimiento para ayudarnos a nosotros mismos y a los demás.


Fuente: Dweck, C. S. (2017). Mindset. Robinson.


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