Además de que nos ayuda a sentirnos descansados a la mañana siguiente, dormir adecuadamente es un aspecto fundamental para lograr un óptimo funcionamiento cerebral.
En muchas ocasiones se nos dificulta dormir y pasamos largas horas de la noche tratando de conciliar el sueño sin éxito, lo cual provoca que al día siguiente nos sintamos sin energía, desconcentrados, de mal humor y con mala memoria. Te sorprenderás con seis hábitos muy sencillos que puedes cambiar en tu rutina para tener un sueño reparador, los cuales te compartimos en este artículo.

Haz de la horar de dormir una de tus prioridades. Así como es importante incluir en tu rutina el realizar ejercicio, alimentarnos sanamente, mantenernos hidratados… hacer énfasis en una rutina de sueño es básico. Para esto te recomendamos establecer un horario para dormir y para levantarte, y apegarte a él, incluso los fines de semana.
No utilices dispositivos electrónicos antes de dormir. De preferencia apaga tu celular una hora antes de dormir o asegúrate de que no vaya a interrumpir tu sueño durante la noche desactivando notificaciones o silenciándolo. También te recomendamos evitar ver la televisión o leer libros electrónicos antes de dormir. Cuando es de noche, nuestro cuerpo genera melatonina, la hormona encargada de regular el sueño, pero la luz emitida por la televisión, el celular o cualquier otro aparato confunde a nuestro cerebro y lo mantiene alerta.
Antes de dormir haz ejercicios de relajación. Concentrar tu atención en tu respiración es una actividad que te ayuda a regular tu frecuencia cardiaca, te llena de calma y te ayuda a disminuir el estrés. Antes de irte a acostar, puedes incluir también aromaterapia, a través de aceites esenciales como la lavanda, ya que su aroma te ayudará a relajarte.

Evita ir a dormir inmediatamente después de haber consumido alcohol. Cuando tomamos alcohol antes de dormir, nuestro hígado utiliza más energía de lo habitual para descomponer las toxinas provocadas por el alcohol, lo cual nos hace sentir cansados al día siguiente cuando nos despertamos. Por el contrario, bebidas como la leche de almendra son alta en magnesio, y este mineral reduce los niveles de estrés y da calma al sistema nervioso.
Las cenas pesadas también son enemigas de un sueño reparador. Alimentos ácidos, picantes o grasosos incrementan la actividad en el cerebro, lo cual provocará que batalles para conciliar el sueño. Cenar ligero, evitando carnes, algunos quesos, vino tinto y salsa de soya te ayudará a dormir mejor.

Si es necesario, consulta con tu médico algún suplemento natural que te recomiende tomar antes de dormir para ayudarte a inducir el sueño. Asimismo, si padeces algún trastorno de sueño (insomnio, apnea del sueño…) te recomiendo que consultes con tu médico para tratar el trastorno a la brevedad.
Mientras dormimos y nuestro cuerpo se encuentra bastante inactivo, en nuestro cerebro sucede todo lo contrario. El cerebro trabaja toda la noche guardando en nuestra memoria a largo plazo lo que aprendimos durante el día, elimina materia que no necesita. A través de los sueños nuestro cerebro nos ayuda a resolver problemas, generar soluciones y eliminar de nuestra mente información que no necesitamos. Dormir entre siete y nueve horas diarias nos permite además mejorar concentración, memoria, creatividad y disminuir el estrés. ¿Y tú, cuál de estos hábitos ya pones en práctica?
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